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Un almacén frigorífico es un edificio utilizado para conservar de manera segura productos a temperaturas controladas y refrigeradas. Esas temperaturas se consiguen mediante un aislamiento cuidadoso y sistemas de refrigeración eficientes, por lo que estos negocios necesitan una serie de componentes para mantener su funcionamiento sin problemas.
Las empresas tienen que estar preparadas para manipular y conservar de manera adecuada las mercancías, además de garantizar que todos los procesos de distribución se lleven a cabo con precisión. Apartarse de las temperaturas correctas en cualquier momento puede provocar deterioro, pérdida de material e incluso riesgos para la salud.
Estos almacenes desempeñan un papel vital en la cadena de suministro, ya que garantizan que los productos perecederos conserven su calidad y frescura durante todo el periodo de almacenamiento. Proporcionan condiciones seguras, pues protegen las mercancías de factores externos como la contaminación y las fluctuaciones de temperatura.
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El mercado del almacenamiento frigorífico
El mercado mundial de la cadena de frío ha experimentado un crecimiento continuo. Se espera que crezca otro 18,6% hasta 2030, según Grand Review Research. Este aumento está relacionado con muchos nuevos hábitos de consumo en todo el mundo, en especial la rápida expansión del comercio electrónico.
Entre las industrias específicas que necesitan almacenes frigoríficos figuran los productores agrícolas, los supermercados y las instituciones farmacéuticas. Además, la creciente popularidad de los alimentos envasados y listos para consumir que se venden en línea es otra tendencia que ha impulsado este mercado. En 2022, Norteamérica aseguró la mayor cuota de ingresos y se espera que mantenga su posición dominante en este mercado en un futuro próximo.
La demanda de instalaciones frigoríficas se ve impulsada por la proximidad a los núcleos de población, el crecimiento demográfico y la evolución de las preferencias de los consumidores. De ahí que la ubicación estratégica desempeñe un papel crucial al seleccionar un almacén frigorífico. Para optimizar la eficiencia, la instalación más favorable debe estar cerca del centro de producción y ser accesible a los puntos de distribución.
Almacén frigorífico: 5 aspectos clave
Muchos de los retos que plantea el almacenamiento frigorífico pueden superarse con una planificación, organización y gestión adecuadas. A continuación se exponen algunas cuestiones fundamentales que deben tenerse en cuenta.
1) Considera los tipos de almacenes frigoríficos
Existen dos variantes principales del almacén frigorífico. Las instalaciones refrigeradas son depósitos donde artículos como frutas y verduras pueden conservarse a temperaturas frías, pero no se congelan. Por su parte, las cámaras frigoríficas de congelación son ideales para productos que deben permanecer congelados durante su distribución, requieren un equipamiento más específico y pueden almacenar desde carne hasta productos farmacéuticos muy sensibles.
Otros artículos que pueden requerir un almacén frigorífico son los cosméticos, los productos químicos, los componentes especializados o incluso los productos artesanales. También hay mercancías como vacunas y especímenes biológicos que necesitan la máxima precisión con almacenamiento a temperaturas ultrabajas y sistemas de refrigeración de reserva con dióxido de carbono y nitrógeno líquido.
Las empresas más grandes pueden ser propietarias de almacenes frigoríficos privados, pero también es habitual que las firmas operen en espacios públicos propiedad de terceros expertos en logística. Una opción más barata son los contenedores refrigerados, que permiten almacenar cantidades limitadas de productos a un coste reducido.
2) Garantiza el cumplimiento de los requisitos
En un almacén frigorífico, hay estipulaciones de seguridad adicionales que deben respetarse. En Estados Unidos, las instalaciones deben cumplir la normativa pertinente mediante la certificación OSHA. Dependiendo del tipo de mercancías que se almacenen, es posible que también tengas que seguir el protocolo de seguridad SQF y el sistema APPCC para evitar peligros. Los directivos deben conocer siempre las instituciones responsables de las regiones en las que operan.
Algunos de los requisitos más importantes se refieren a la temperatura del espacio. En los almacenes refrigerados, la temperatura controlada debe estar entre 0 y 10 °C. Entonces, para los depósitos congelados estándar, la temperatura tiene que estar entre 0 y -30°C. Los productos biológicos y otros productos especiales pueden requerir un control de temperatura aún más extremo, de hasta -85 °C.
En cuanto a la construcción y la infraestructura, son muchos los elementos de diseño necesarios para un almacén frigorífico. La instalación eléctrica debe contar con generadores de reserva en caso de pérdida de energía. Los suelos, techos y paredes deben ser lo suficientemente gruesos para aislar adecuadamente las temperaturas. Los falsos techos deben diseñarse en lugares estratégicos para que las acumulaciones de agua puedan evacuarse por los puntos de drenaje.
3) Invierte en el equipo y la maquinaria adecuados
Elegir el equipo adecuado es crucial para aumentar la vida útil de los productos y conservarlos. Las estanterías autoportantes y móviles son dos opciones habituales para optimizar el almacenamiento en bodegas frigoríficas y facilitar el movimiento de mercancías. Además, puedes invertir en sistemas automatizados para frigoríficos y congeladores, ya que reducirán en gran medida la mano de obra.
El aire de un almacén frigorífico también es motivo de preocupación. Los ventiladores suelen instalarse para garantizar la ventilación y mantener la temperatura necesaria. Los deshumidificadores, por su parte, se utilizan para reducir la formación de hielo y contribuir a la calidad del aire. Incluso en algunos casos puede ser necesario construir espacios con sistemas de esclusas entre las zonas de las habitaciones para minimizar la condensación y las pérdidas de frío.
Estas instalaciones requieren que muchas maquinarias diferentes funcionen en todo momento, lo que implica un mayor consumo de energía. Puede que sea necesario investigar ideas de sostenibilidad de los almacenes, como las tecnologías de eficiencia energética, tal es el caso de la iluminación LED y los sistemas inteligentes de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Además, adopta fuentes de energía renovables, como paneles solares o turbinas eólicas.
4) Mejora la instalación y el mantenimiento
Un almacén frigorífico puede resultar más costoso que uno regular, por lo que una instalación y un mantenimiento adecuados evitarán costes adicionales. Optimizar el espacio es un buen comienzo para lograr una mayor rentabilidad. Si planificas el mejor montaje de estanterías, podrás maximizar el almacenamiento sin comprometer el flujo de operaciones.
Organizar el suelo es clave para preservar productos, equipos e infraestructuras. En el caso de los almacenes frigoríficos, es posible que necesites aplicar tipos específicos de señalización, barreras de protección y cintas de señalización de suelos que sean resistentes a temperaturas más bajas, para que no se deterioren con facilidad y puedan garantizar la eficacia durante periodos más largos.
También es aconsejable contar con un asesor de instalación de almacenes que te ayude y supervise la operación. Recuerda que cualquier avería en la maquinaria o una instalación incorrecta pueden causar daños irreversibles en los bienes. Los expertos pueden ayudarte a mantener tu presupuesto bajo control, así como a evitar posibles riesgos de seguridad y otros problemas importantes.
5) Garantiza la protección del personal
El personal de un almacén frigorífico debe gestionarse con la atención adecuada. Los sistemas automatizados son muy importantes para ahorrar tiempo en las operaciones y reducir la exposición a las bajas temperaturas. También minimizan los errores humanos, que pueden tener un impacto aún mayor a temperaturas bajo cero.
Los trabajadores deben llevar ropa adecuada, como pantalones térmicos, chaquetas forradas y botas antideslizantes. En algunas zonas de un almacén frigorífico, es posible que tengan que llevar guantes y otros accesorios que pueden comprometer su movilidad. Así pues, hay que adaptar los equipos, mientras que los dispositivos deben ser fáciles de usar, ya que los trabajadores no pueden perder tiempo al entrar y salir de las zonas de congelación.
Además, la formación del personal en un almacén frigorífico supondrá pasos adicionales en comparación con las instalaciones a temperatura ambiente. Estos negocios requieren rutinas de seguridad más rigurosas, por lo que los trabajadores deben conocer bien los protocolos para mitigar los problemas. También se les debe informar de las condiciones en las que van a trabajar desde el proceso de contratación e incorporación.
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